Wednesday, October 31, 2007
Lista
2. Terminar Pelando la cebolla
3. Leer Los culpables
4. Reseñar Los culpables
5. Actualizar la bitácora satisfactoriamente
6. Seguir con la novela
7. Seguir con la tesis
8. Arreglarme los pantalones
9. Sentar cabeza
Deberes: 1, 2, 4, 7, 8. Deseos: 3, 5, 6, 9.
Tuesday, October 30, 2007
Gorila
Monday, October 29, 2007
Elemental, mi querido Watson
Sunday, October 28, 2007
Televisión
Saturday, October 27, 2007
Friday, October 26, 2007
Thursday, October 25, 2007
Botox
Dos cosas: no soy quién para juzgar, pero así como que feo horrendo, Lovecraft no lo era del todo; quizá su madre era, sencillamente, cruel. S.T. Joshi cita ese pasaje para hablar de las probables señas autobiográficas que se desprenden del siguiente pasaje del cuento:
Arthur Jerymn went out on the moor and burned himself after seeing the boxed object wich had come from Africa. It was this object, and not his peculiar personal appearence, which made him end his life. Many would have disliked to live if possessed of the peculiar features of Arthur Jermyn, but he had been a poet and scholar and had not minded.
"And had not minded", pues, verán, aparentemente a los poetas y a los académicos no les importa ser feos. Tienen cosas más importantes en la cabeza. Por ejemplo, la Verdad. La Justicia. El Bien. Pero, ¿la Belleza? Así que si a un académico feito que se dedica a temas estéticos --pensemos, no sé, en el jorobadito Kant-- si se fuera a suicidar no sería, ciertamente, por ser feito. Sino por otras razones. Sartre, haciendo bizcos.
Se cuenta, pero quién soy yo para decir dónde, que Edgar Allan Poe, cuando quería imaginarse a alguien sanguinario, un personaje malévolo, seguía el siguiente método: se sentaba y hacía muecas, hasta que en su cabeza se materializaran los pensamientos que, creía, serían apropiados para un personaje de ese tipo. Poe, pues, creía que la expresión antecedía a la emoción. Poe, de algún modo, hacía como esos actores que se caracterizan y a base de gestos e imitaciones producían peculiares sentimientos dentro de ellos. Esto lo pensaba hoy, en clase. Y pensaba también en esas bellas actrices, de rostros lisos y perfectos que habitan y pululan en Hollywood --en su incapacidad para, tal vez, fruncir el ceño: no con ese virus inyectado, que, si entiendo bien, paraliza nervios. Pensaba hacer una especie de convergencia: una chica con el rostro inyectado --de Botox-- y Hannibal Lecter con la máscara de piel que se pone en The silence of the lambs, con ese rostro que no es suyo, o con Leatherface de The Texas Chainsaw Massacre o con Mike Myers, con esa impasible máscara de Halloween. Pero me dan ñáñaras pensar mucho tiempo en estas cosas.
Wednesday, October 24, 2007
Contra la vida, dijo Houellebecq
Tuesday, October 23, 2007
Refu la chistosita
Monday, October 22, 2007
¡Presentación de Libros de Homero!
Sunday, October 21, 2007
Sobre Michael Clayton
Está en Wyoming. Acabo de consultar cómo se escribe Wyoming. Y en fin, en la película se descubre, en la de Spielberg, que muchos han sido atraídos al mismo lugar porque quiere saber por qué carajos no pueden quitarse esta montaña de la cabeza. Y claro, más tarde pienso en The Call of Cthulhu y The Wisperer in Darkness de Lovecraft, en los que, creo recordar, la gente, mucha gente, sin saberlo, sueña en lo mismo, en el mismo horror; así como los tres reyes magos sueñan que no deben ir a ver a Herodes de nuevo.
Ahora me detengo y me pregunto cómo debo de terminar esta actualización. ¿Preguntándome si todos hemos soñado, alguna vez, sin saberlo, lo mismo? ¿Preguntándome, como Stephen King, y a su modo David, qué sueños contienen la almohada de Lovecraft? ¿Preguntándome si algo similar pasa cuando dos científicos que no se conocen investigan y están a punto de hacer importantes descubrimientos en áreas específicas del saber, en puntos apartados del globo? ¿Si hay alguien ahí afuera o aquí adentro mandándonos estas señales, por un radio interestelar o subterráneo? ¿Preguntándome por qué carajos no pasaron la entrevista con Spielberg?
Ahora, sobre mi escritorio
La laptop. Una lámpara a la que alguna vez, Yolanda, quien entonces trabajaba aquí, limpiando, dijo: "Esa lámpara parece una lámpara marciana". Detrás de la computadora: un Larousse francés-español, español-francés; un flyer de ¿Dónde están sus historias?, el primer largometraje de Nicolás Pereda --que no he podido ver--, Elogio de la mano de Henri Focillon, el soundtrack de 2001: A space odyssey, y libros que no he leído (uno de Murakami, cuentos de Thomas Mann, The Wrecker de Stevenson y un manual de ajedrez). Más libros, en otra pila, Los placeres y los días de Proust, un tomo de diálogos de Platón, The new confessions de Boyd (que no he abierto), Pelando la cebolla de Grass --que espero terminar ya-- y libros de francés. Otra pila: la Ilíada en Gredos (un regalo), una especie de biografía de Tomás Moro (otro regalo), el número 104 de Letras Libres que ya leí pero por alguna razón sigue ahí y más libros para estudiar francés.
Otra pila: seis Moleskines (uno donde escribo cuentos, otro donde anoto sobre mis estudios de francés, una agenda, uno en el que según yo iba a continuar una novela pero que no he abierto en mucho tiempo y uno que usé para una traducción). Bajo los Moleskines, Autobiografía y literatura árabe que es una colección de estudios; Las trampas de la fe de Paz que me acaban de devolver y no he guardado, el primer tomo de José y sus hermanos de Thomas Mann, Les Bienveillantes de Littell y algunas hojas fotostáticas. Otra pila: The english patient, la novela, que me prestaron pero sospecho nunca leeré, Fifty years of europe: an album (también prestado; aunque lo empecé), Historia de la teoría política que debo devolver; Las confesiones de Rousseau, también prestado.
Unos audífonos.
Una tarjeta de metrobús.
Una servilleta y un vaso con coca-cola.
Otro Moleskine, mi diario. Otro Moleskine, mi agenda. A Farewell to arms de Hemingway, de la biblioteca (¡en pasta dura, Scribners!); Aproximaciones a la razón narrativa, de Vicente Huici, de la biblioteca; y Bowl of cherries de Milard Kaufman, que empecé ayer.
También hay un borrador de goma y la ventana está abierta y a veces pasa una ardilla.
Friday, October 19, 2007
Convergencia
Magritte siempre se presta para este asunto. La imagen de arriba la vi en el blog de la redacción de Letras libres, hace tiempo. Abajo, Le Viol de 1934. Esto es un guiño a un ensayo escrito por Weschler, Torso as face, face as torso donde escribe sobre Magritte, D. Morris, Rilke y una imagen que apareció en el The New York Times Magazine en el que aparecía la modelo Shalom Harlow fotografiada por Andrew Eccles, usando un vestido en el que se había estampado su rostro y que cubría toda la fábrica del vestido. Aquél número de The New York Times Magazine, de noviembre de 1998, lleva el bullet: "It's so you".
Gracias literatura
Thursday, October 18, 2007
Siento que me va a estallar la cabeza
Wednesday, October 17, 2007
Explotar en el espacio
Sobre Michael Clayton
Tuesday, October 16, 2007
Buscar convergencias
Luego
Monday, October 15, 2007
Animalitos de cobre al sol
Sunday, October 14, 2007
Saturday, October 13, 2007
El poeta caníbal
Friday, October 12, 2007
Gay boy
Thursday, October 11, 2007
Expression theory
Wednesday, October 10, 2007
Hotel theory
Tuesday, October 09, 2007
Hotel Kafka
De Hotel Kafka creo que me enteré por Adriana Degetau quien durante un tiempo me estuvo mandando información sobre distintas escuelas de escritores. Incluso creo que me llegó a inscribir o a ponerme en el mailing list de una en la que mandaban como "tareas" para escribir, con las cuales nunca cumplí. Hotel Kafka es una escuela para escritores en Madrid. Tiene talleres de escritura creativa, de guiones, cómics y algunos cursos monográficos. La gente va, se reúne, discute sus textos o escucha al profesor y se retira. También tiene una librería y una "recepción" porque, pues, todo es muy exótico y profesional. (Por alguna razón pensé, justo en este momento, y quiero compartirlo pues quizá simboliza algo, aunque probablemente no y sólo sea muestra de cómo, a veces, funciona mi cabeza; en fin, pensé en una noticia que leí en Ciudad del periódico Reforma hace rato, sobre una chica a la que descuartizaron y cuyo cuerpo encontraron en el departamento de una de sus "parejas sentimentales", un tal José Luis Calva Zepeda quien se hacía pasar por un artista; en el departamento que rentaba, además del cuerpo, los miembros de la policía encontraron panfletos con poemas).
Yo asistí a una "escuela de escritores", la EDDE que dirige Mario Bellatin y donde uno nunca jamás lee ni muestra sus textos, sólo va y escucha, pero no escucha, al menos no siempre, a escritores sino a artistas de otras disciplinas, digamos coreógrafos o escultores. Pues, se piensa, se considera, y lo creo, uno no puede enseñarle a otra persona a escribir. A lo mejor puedes animarlos, ayudar a que encuentren su camino. El objetivo de enfrentarnos a artistas de otras disciplinas era para que observáramos su propio proceso creativo. También, otro objetivo, era quitarnos las mañas que uno, como escritor, inevitablemente adopta.
Recuerdo un alumno en la preparatoria quien tenía inquietudes literarias. Además de recomendarle algunos libros que creí que le gustarían e incluso revisarle algunos textos --creo que llegué a dejarle algunos ejercicios de redacción-- cuando me pedía ayuda me sentía, la mayor parte del tiempo, como un completo inútil. "No puede enseñarse a escribir", me excusaba. Y bueno, este chico, que terminó estudiando Derecho --quizá para escribir por las noches o anotar cosas en un cuadernito que esconde-- parecía creerme sin desanimarse. Tiempo después, creo que através de MSN, le pregunté algunas cosas sobre su vida, su carrera y lo que estaba leyendo en ese momento. Me dijo que había comprado El arte de enseñar a escribir, el libro de memorias que salió de la EDDE. Pueden leer una reseña de ese libro aquí. No he leído el libro pero supongo que ha de estar interesante.
Lo que yo hago cuando siento que estoy estudiando para escribir, además de leer, por supuesto, es leer específicamente entrevistas a autores. Es como el mejor MBA en literatura creativa que pueda tenerse. También, y a diferencia de lo que se lee en este blog, creo que me esfuerzo reescribiendo cosas. Pero no soy tan diligente en esto, sospecho, como a veces hago creerme. Creo que estoy diciendo, en general, que cierto tipo de "escuelas" para escritores sirven para ciertas cosas, pero ciertamente no para escribir. Sirven para que uno conozca gente, por ejemplo. Y para ocuparse. Y para inflarse la ilusión de convertirse en escritor. Pero uno escribe en silencio y a solas. Uno falla a solas. No hay otra manera. Y sin embargo, la supuesta Escuela dinámica de escritores de Bellatin siempre me pareció genial por esto: pues uno no aprendía a escribir sino a darse cuenta de cuáles eran los caminos erróneos y los caminos correctos, considero. Humildad, brinda, esta escuela que, por cierto, al parecer abrirá nuevas "franquicias" en otros países de América Latina. Los dos años que pasé ahí fueron un par de buenos años. Me quitó una especie de presión.
Historia curiosa: hace un par de días mi hermana estaba en Nueva York. Le había encargado un par de libros y le había dado las direcciones de las librerías donde podía encontrarlos. Me mandó, entonces, un mensaje por teléfono para preguntarme si la dirección que le había dado era la correcta. "Sí", le contesté. "Es que en frente tengo un edificio donde venden cosas para superhéroes", me explicó. "Es ahí", le dije. Fueron muchos mensajes. Es que es difícil de explicar.
La Brooklyn superhero supply sólo es la fachada de uno de los centros educativos que McSweeneys ha creado. Tienen en otras ciudades como Seattle, Los Ángeles, Chicago y la única que conozco, San Francisco (ahí, ademá de libros, se venden cosas para piratas; ojos de vidrio, banderas, espadas, etcétera). Aunque en su mayor parte está enfocado a tareas que tienen algo que ver con la escritura, a los niños se les da asesorías en otras materias. También, aunque menos, hay seminarios para adultos interesados en escribir o publicar revistas u otras monadas editoriales. También, venden libros.