Monday, October 29, 2007

Elemental, mi querido Watson


Creo que ya ha pasado suficiente tiempo para que éste no sea un texto "coyuntural". Suficiente tiempo desde que Lovecraft escribió su Herbert West-Reanimator, claro. Esta serie de cuentos fue escrita desde septiembre de 1921 hasta junio de 1922 (según explica S.T. Joshi) para la revista humorística Home Brew bajo el título Grewsome tales.

Trata sobre un médico a la Frankenstein obsesionado con otorgarle vida a lo inerte a través de una inyección de un líquido determinado y bajo la creencia de que la vida es sólo una cuestión mecánica. De eso y sus aventuras y desventuras. Es un gran cuento (S.T. Joshi afirma que es de los que menos le gustaron a Lovecraft pues los escribió sólo por encargo). Pero también se trata de uno de los cuentos en los que seguramente Houellebecq, en su ensayo sobre Lovecraft, se basó para afirmar que Lovecraft era irremediablemente racista (un poco, debo decir, como Houellebecq mismo). Creo que el tercer cuento de esta serie, Six shots by midnight, es determinante. Gran parte de las aventuras de Herbert West están en la búsqueda de especímenes que sean buenos ejemplares para reanimar. Era crítico que el cuerpo muerto fuera fresco. De otro modo, si llegara a reanimarse, volvería, sí, pero sin razón alguna, hecho una bestia --dada al canibalismo, además. Así que en esta tercera entrega, Herbert West y su compinche (quien cuenta la historia) se adentran en una pelea de box clandestina entre Kid O'Brien y Buck Robinson, "The Harlem Smoke":

The negro had been knocked out, and a moment's examination shewed us that he would permanently remain so. He was a loathsome, gorilla-like thing, with abnormally long arms wich I could not help calling fore legs, and a face that conjured up thoughts of unspeakable Congo secrets and tom-tom poundings under an eerie moon. The body must have looked even worse in life--but the world holds many ugly things.

Las soluciones que se inyectan en los cuerpos, se explica en el cuento, no pueden funcionar para distintas especies. Así, una rana necesitaría una solución distinta a la inyectada a la de un humano. ¿Hace falta mencionar que la solución inyectada al cuerpo del negro no funciona, en el cuento de Lovecraft? "It was wholly unresponsive to every solution we injected in its black arm; solutions prepared from experience with white specimens only".

S.T. Joshi hace una nota en este pasaje (si no quieren saberse el final de esta historia, que seguro ya adivinan, sería bueno que no leyeran la cita): "The suggestion of biological racism here is countered by the later revelation that the solution does in fact work on the African American Robinson".

Me encanta que Joshi escriba "African American". Signo de nuestro tiempo. En fin: el final del cuento puede que revele que no hay racismo biológico, sino de otro tipo. Cultural, si quieren. Es una cosa rara, esto del racismo. Es algo que no le gusta reconocer a la gente, que todos lo somos en algún momento (cuando adivinamos segundas intenciones, por ejemplo) pero a la vez es bueno que no nos guste reconocerlo, que hay modos de dar pasos atrás en nuestras primeras, apresuradas, impresiones. ¿Leyeron este texto, de Pedro Meyer, el del 20 de octubre, sobre Watson? Está bueno.

Ay sí, Lovecraft, Lovecraft. Por cierto: en un cuento posterior, The rats in the walls de 1923, Joshi escribe en la nota 16: "Lovecraft owned a cat of this name as a boy; it ran away in 1904, when his family moved from 454 Angell Street to 598 Angell Street". El nombre del gato era "Nigger-Man".

3 comments:

Manuel Semán said...

Hablando del racismo en nuesta era, ¿ya viste lo que sucedio en España? (http://www.elpais.com/videos/espana
/Detenido/hombre/agredio/joven/ecuatoriana/
metro/Barcelona/elpvidnac/20071022elpepunac_11/Ves/)

Pero en el caso de Watson, no entiendo la paranoia, es decor a quien le importa que alguien declare que los negros son intelectualmente inferiores por predestinación genética, si ese alguién es un científico sin poder alguno sobre legislación.

Para mí se demuestra lo dicho por Watson al ver la caja de pandora que ha abierto, si todos sabemos que esto no es cierto, auqnue el maldito genetista mas importante del Siglo XX lo haya dicho no deberíamos de inmutarnos, pero saber que han corrido al premio Nobel de su laboratorio por un comentario es realmente absurdo.

Es el mismo caso con Fox y su declaración de los latinos y sus trabajos y Memín PInguin, o el estupido prejuicio creado por todos los judíos en el cual eres tachado de racista y antisemita en el caso de que no apruebes la existencia de Israel.

Por cierto tienes buen ojo para artículos de ciencia.

Saludos

Guillermo Núñez said...

Manuel, justo acabo de ver lo de la ecuatoriana pero a través del blog de Tryno Maldonado. Te pondría el link pero no lo recuerdo. Puedes buscarlo en Google poniendo Tryno Maldonado y Atari. Algo así (es de las entradas más recientes).
Sobre lo demás, pues creo que la "paranoia" está precisamente en que no todo mundo sabe esto, ni sabe que al "saber esto" no se identifica con la creencia de que todos somos iguales. Pero creo que el punto es: en la medida que uno sea una persona pública, debe cuidar más sus palabras --independientemente de nuestra capacidad para legislar o no. Caray, olvida lo de "persona pública"; uno debería cuidar sus palabras nontheless.

David Miklos said...

Frankie Gray-Man!