Friday, May 09, 2008

Perder a los hijos para que se conviertan en algo horrible

En Ignoro cómo llegué con "esta mujer" a esta amplia y luminosa habitación, Walser relata, hacia el final, la horrible fábula que contiene los temores de muchas madres:
"En cierta ocasión leí un relato que comenzaba con las siguientes palabras: 'Una beldad perdió a su hijo'. Ella había salido a pasear con él por el jardín cuando de pronto irrumpió gente desde los arbustos de la que su razón la indujo a pensar que eran gentes que sólo ansiaban su propio beneficio. La visión del grupo, que a buen seguro abrigaba intenciones egoístas, le provocó un desmayo. Cuando recobró el conocimiento no acertó a discernir cuánto tiempo había permanecido allí tirada. Su hijo había desaparecido. Nunca volvió a saber nada de él, que con el tiempo se convirtió en un intelectual de primer orden".
¡La desesperación, el horror!

2 comments:

dm said...

Tiene sus ventajas, sin embargo, ser intelectual de segundo orden. Y latinoamericano. Las faldas de mamá siempre estarán cerca para agarrarnos de ellas apenas nos mareemos. Ay, Memo©. Feliz día de las madres.

Anonymous said...

Véase también el cuento de J.E. Pacheco, "Tenga para que se entretenga".