Sunday, December 12, 2010

Compré libros

Ayer fui a esto, a ver qué encontraba de libros. Compré la segunda edición -corregida y aumentada- de la recopilación de artículos, crónicas y demás que escribió Fogwill a lo largo de varios años, Los libros de la guerra, y que trajo Mansalva en una edición no muy barata. También, como no la tenía y no la he leído, compré Los pichiciegos, en edición de Periférica y que acá distribuye Sexto Piso. Estas dos compras son muy tristes porque en realidad no las hice para mí y debo entregárselas pronto a su dueña. Y es doblemente triste pues ahora me obliga a la penosa tarea de leer ambos libros antes de entregárselos. Ya empecé. Aquí un pedazo "La filosofía: un destino menor" (1995) de Fogwill:

"Lo admiraba tanto, y tan poco temía su ineludible censura que una noche me atreví a preguntarle si éramos apolíneos o dionisíacos y él respondió que esa era la pregunta típica de un boludo, y que si en verdad a alguien le interesaba la filosofía, tenía que preguntarse cómo hacer para no conventirse* [sic.] en un chancho burgués, y poner especial cuidado en no volverse puto".

*De su nota a la segunda edición: "En cuanto a las erratas, si las hay, van por cuenta de la editorial Mansalva".

También le di un vistazo a las cosas que trajo Eloísa Cartonera y fue bueno porque encontré una edición (comprensiblemente) barata de La máquina de pensar en Gladis, el primer libro de cuentos de Levrero. Más sobre esto: aquí y acá. La verdad es que la mayor parte de mi dinerito se me fue en los Fogwill pero al menos pude encontrar tres libros de Bellatin -y a Bellatin- que no había leído porque no había encontrado -le dije que no los había leído, me dijo "¿Pero cómo? Bueno, un poco ese es el punto" y pues, ya aquí están. La portada de Salón de belleza, La novia desnudada por sus solteros... así y Shiki Nagaoka: una nariz de ficción. Además del título, en la portada viene una estampa que reza "Los cien mil libros de Bellatin".


Y en la contraportada una huella digital y el número de libro.

Al interior la separación de párrafos está indicada por un calderón: son libros pequeños y relativamente baratos (50 pesos, al menos en la feria). En otras noticias, me quedé con ganas de comprar libros de Ditoria y Alias. Pero si algo he aprendido en esta vida es que no todo lo que uno quiere se puede y que uno, además, debe cuidar el dinero, pues el tiempo pasa y la vejez es canija.

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