Enlisto los perros, salvo que se indique lo contrario, del buen David: Snoopa (yo tuve una Sleepy), Bianca, Sófocles, un gato, igual que Manchado (cerca de casa, en un parque, hay un "Manchas", que es un perro de la comunidad), Aristóteles, Aura, el "Güero" y Eudora (que también fueron gatos), Maya, "Ratona" (que era, pues, un ratón) y el magnánimo, magnífico, sabio Frankie 24 --aquí en la foto.
Míos: que recuerde: son: a continuación: Sleepy 1, Sleepy 2 (un gran danés y un samuyedo, respectivamente; el primero murió de moquillo --no lo conocí-- el segundo, que fue hembra, de cáncer). También hay un Ideáfix, quien ahora vive en casa de mis abuelos. Actualmente, por supuesto, la gran, gran Monarca, Refu. Hubo tortugas, hubo hamsters, hubo pericos, conejos, axolotles, amigos poco convencionales --pero que, lamentablemente, fueron tan insignificantes que poseyeron tantos nombres que son, ahora, imposibles de recordar. Y eso es todo, el asunto de las mascotas, que vienen y van, rellenando esos vacíos existenciales.
(Todo esto, a su manera, es un homenaje a la más o menos recién finada Puka --opina David que uno debe afirmar o proclamar "Larga vida a Puka").
3 comments:
su majestad
supongo que Refu y Puca no se llevaban del todo bien. o eran demasiado civilizados. ¿civilizadas?
ave puca.
Yo odio las mascotas. Especialmente cuando se trata de gatos. Un amigo mío tiene. Y siempre que voy a su casa salgo de ahí con picaduras (sospecho que son pulgas de sus imbéciles, aunque sensuales, gatos).
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