Friday, May 28, 2010

Sujetándonos a las correas de cuero de nuestros bastones

Vuelvo a encontrar -ver entrada anterior- en Heimito von Doderer la expresión esa del lago al fondo de la montaña: "Una hora más tarde contemplábamos desde lo alto del Kahlenberg, recortado entre los árboles recién adornados con una gruesa capa de nieve, un piélago de casas de color azul acero, como un oscuro lago que reposara a los pies del monte" (en la página 374 de Los demonios, de la edición de Acantilado).

Hoy me hicieron el favor de prestarme Un asesinato que todos cometemos (Muchnik editores) y El tormento de los saquitos de cuero (Universidad Veracruzana).

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