¿Por qué le molesta el entusiasmo? ¿Por qué cuando una persona que conoce muestra entusiasmo por cualquier cosa que no venga de algo que tengan en común le parece falso e impostado? Porque ese es su lugar.
Esa es la función que desempeña. La de juzgar en silencio. Puede afirmar algo así sin ser juzgado, considera. Debería poder decir esto sin tener que dar explicaciones. También podría pensar en sí mismo como poco adecuado y siempre consciente de sus acciones sin tener que darle razones a nadie. Cuando esté en el automóvil con una niña que le parezca guapa, y se sienta demasiado consciente de la manera en que su perfil se ve, no tendría por qué explicarse. No debería haber una necesidad por decir que cuando camina junto a ella y nota que las personas los observan, se siente extraño y fuera de lugar.
Cuando ella le está explicando algo que le parece grandioso y a él no nota ningún entusiasmo falso, ningún hábito extraño que ha adiquirido lejos de él o que no había notado sino hasta ese momento, cuando todo está en orden, quiere tomarla y acerca su cara y lamerla. O darle un beso o una mordida que deje marca. Cuando se asoma a su oficina y le mueve las manos como niña, cuando le platica sobre otros hombres o sus hábitos sexuales; él se comporta con cautela. Debe hacerlo. Se limita. Este es su lugar. Siempre ha sido el buen amigo. Quien la escucha en silencio. Quien le recomienda libros. Quien la apoya. Y quien espera.
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