Thursday, July 27, 2006

Nutrición

Hace poco cometí un error. Estaba en el no muy difícil proceso de alimentar a mi perra cuando se me ocurrió una idea que seguramente le ha pasado por más de una ocasión a varios de ustedes, especialmente a quienes tienen una mascota. ¿A qué sabrá el alimento de mi perra?, me pregunté. Mi perra come croquetas Pro-plan, ya sean de sabor a pollo o a carne. Sin embargo, esta pregunta también me pasó alguna vez por la mente cuando observé cómo, años atrás, alimentábamos a un samuyedo que teníamos con los restos de la comida, o cuando en casas de personas extrañas le daban alimento de gato a sus gatos --esa sustancia gelatinosa, con trozos de carne con textura similar al paté, ¿a qué sabrá?
Así que, ¿saben qué hice? Me quité la curiosidad y comencé a masticar una de las croquetas de mi perra. El sabor a pollo concentrado era increíblemente concentrado y comprendí de golpe por qué el hocico de Refue apesta como apesta. Pasé el resto del día dándole lenguetazos a mis muelas para eliminar los residuos y tomando mucha agua.

2 comments:

Anonymous said...

Por algo "Lethal Weapon".

Mariana said...

un día mi hermano y yo veíamos la tele cuando de repente un comercial de cereal nesquick nos hizo caer en la cuenta de lo similiar que era ese cereal con las croquetas de nuestra perra, así que movidos por el morbo y la mercadotectnia nos servimos sendos platos de croquetas con leche fría y comenzamos a saciar nuestro antojo canino.