Al día siguiente de haber leído lo que a continuación transcribiré, correspondiente al capítulo "Los subterráneos de Neudegg" de Los demonios de Heimito von Doderer, una mujer leía, en la mesa contigua a la mía en el café de todos los días, un volumen titulado Brujas medievales, en una edición de bolsillo. Se lo pedí prestado, momentáneamente. Lo examiné. Se lo devolví. Eran cuentos.
Esa misma tarde descubrí el nombre del demonio que supuestamente me tienta -en un examen que alguien me mandó y que pueden tomar aquí. Lo que sigue es lo que encuentra René Stangeler en la biblioteca del castillo Neudegg:
"Parecía una biblioteca especializada en demonología. No obstante, igual que sucedía con las obras literarias, la colección obviaba la abundante bibliografía que había aportado la Edad Moderna sobre la brujería y los procesos contra brujas: no encontró ni un Soldan, ni un Hansen. En cambio, dio con un ejemplar muy bien conservado de la Démonomanie, de Bodin, en la edición de París de 1581. René se quedó asombrado al encontrar junto a él a Ambroise Paré, renovador de la cirugía. Sin embargo, cuando abrió el pequeño volumen infolio, encuadernado en cuero de ternera, se dio cuenta de que en medio de las "opera chirurgica" había algo más. Era una edición de comienzos del siglo XVII de un tratado traducido del francés al latín: De monstris et prodigiis -"Sobre monstruso y prodigios"-. Después de este volumen -clasificado por materia a pesar de su pequeño formato-, empezaba una serie disparatada. Comenzaba con un libro plenamente moderno, uno de los más extraños que existen: la Histoire des monstres, de Ernst Martin; contiene la biografía exacta de todos los monstruso conocidos de la Edad Moderna, desde "gemelos siameses" a seres de naturaleza horrible. Lo seguían los antiguos trabajos de medicina de Maximilian Markwitz, que también tratan sobre monsutros, así como los de Otto Luther y el francés Cattin. Había una tesis doctoral del año 1854, escrita en latín: De monstro quodam, de Albert Georg Luecke. El grupo se cerraba con el manual de Choulant, un índice bibliográfico sobre la medicina antigua".
Otros autores, obras y obras de consulta encontrados por Stangeler son: Teophrast von Hohenheim; De malfranzos morbo gallico praeservativo ac cura, de Bartholomeus Steber; el Dictionnaire infernal; Le monde enchanté. Cosmographie et Histoire naturelle fantastique du moyen-age, de Fernand Denis; un tratado sobre basiliscos y dragones del conde Luigi Bossi; Cautio Criminales Friedrich von Spee (actas de procesos de brujas) y otros... También el Lumen animae, de Farinatos de Vyena, del cual Stangeler recordó esta frase: "El dragón es el símbolo de la envidia, que él mismo alberga porque no tiene veneno".
Esa misma tarde descubrí el nombre del demonio que supuestamente me tienta -en un examen que alguien me mandó y que pueden tomar aquí. Lo que sigue es lo que encuentra René Stangeler en la biblioteca del castillo Neudegg:
"Parecía una biblioteca especializada en demonología. No obstante, igual que sucedía con las obras literarias, la colección obviaba la abundante bibliografía que había aportado la Edad Moderna sobre la brujería y los procesos contra brujas: no encontró ni un Soldan, ni un Hansen. En cambio, dio con un ejemplar muy bien conservado de la Démonomanie, de Bodin, en la edición de París de 1581. René se quedó asombrado al encontrar junto a él a Ambroise Paré, renovador de la cirugía. Sin embargo, cuando abrió el pequeño volumen infolio, encuadernado en cuero de ternera, se dio cuenta de que en medio de las "opera chirurgica" había algo más. Era una edición de comienzos del siglo XVII de un tratado traducido del francés al latín: De monstris et prodigiis -"Sobre monstruso y prodigios"-. Después de este volumen -clasificado por materia a pesar de su pequeño formato-, empezaba una serie disparatada. Comenzaba con un libro plenamente moderno, uno de los más extraños que existen: la Histoire des monstres, de Ernst Martin; contiene la biografía exacta de todos los monstruso conocidos de la Edad Moderna, desde "gemelos siameses" a seres de naturaleza horrible. Lo seguían los antiguos trabajos de medicina de Maximilian Markwitz, que también tratan sobre monsutros, así como los de Otto Luther y el francés Cattin. Había una tesis doctoral del año 1854, escrita en latín: De monstro quodam, de Albert Georg Luecke. El grupo se cerraba con el manual de Choulant, un índice bibliográfico sobre la medicina antigua".
Otros autores, obras y obras de consulta encontrados por Stangeler son: Teophrast von Hohenheim; De malfranzos morbo gallico praeservativo ac cura, de Bartholomeus Steber; el Dictionnaire infernal; Le monde enchanté. Cosmographie et Histoire naturelle fantastique du moyen-age, de Fernand Denis; un tratado sobre basiliscos y dragones del conde Luigi Bossi; Cautio Criminales Friedrich von Spee (actas de procesos de brujas) y otros... También el Lumen animae, de Farinatos de Vyena, del cual Stangeler recordó esta frase: "El dragón es el símbolo de la envidia, que él mismo alberga porque no tiene veneno".
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