No he escrito nada aquí desde hace unos días porque he estado preocupado. La primera preocupación, la más urgente pero sin duda una de las menos importantes, es que me había prometido no escribir nada hasta que pusiera una lista con los clasificados más curiosos de la sección de "Masajes" que aparece en el Reforma. La primera vez que vi esta sección fue recogiendo la mierda de mi perra. Masajes ejecutivos, decían algunas, sensuales, decían otras. Se prometían jovencitas iniciándose, trasvestis que te harían cosas muy específicas hasta que vieras chispas, también se prometía discreción y que se trabajaba incluso en domingo.
Pero me dio hueva transcribir los clasificados. Y no es algo tan extravagante, gracioso o interesante como creí que lo sería al principio.
La otra noche cometí un error. Dejé a M. en su departamento, platicamos un rato, fumó un cigarrillo, nos despedimos, regresé a mi casa, encendí el televisor y, sí, es verdad, vi Big Brother.
Leí un artículo, en alguna ocasión, en el que se conjeturaba que el Big Brother Orwelliano había llegado sin avisarnos, pero con un nueva cara, no con la predicción apocalíptica de 1984, sino con una peor y más seductora. Big Brother no nos sometería con el temor panóptico sino con un espectáculo estupidizante, Big Brother nos hipnotizaría con un baile. Era un artículo muy chistoso.
Hoy salí a pasear con mi perra y estuvieron a punto de violarla. No fue una bonita experiencia. Hace un maldito calor. Me ha noqueado estas últimas tardes. No duermo tranquilo. Y estoy aburrido como una ostra.
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