Me duele la garganta y la cabeza menos porque tomé un par de aspirinas. Los momentos que más me gustan del día son las mañanas, mientras me baño, y las noches, en las que a veces escribo o leo o veo pornografía, porque la verdad es que el sexo, indiferentemente, me alegra. También el cine y los libros. Y mi escritorio, al que amo, y mi perra y mi laptop, pero estas cosas son frías, es la verdad. Excepto tal vez mi perra, que no es precisamente fría. Es muy agradable y cálida, mi perra. Pero en justo sentido no corresponde el cariño que le tengo, como no lo hacen mis cosas. Sudo ahora. Probablemente sólo tenga calor, probablemente tengo fiebre.
Hoy fui al cine, solo. Al salir me encontré a una amiga y a su novio. Platicamos. Me invitaron a sentarme en su mesa, para comer. Les di las gracias por la invitación y me despedí después de recomendarles la película de la que recíen salía, solo. Le hablé a una amiga, a mi mejor amiga, para ver qué hacía. Fui a su casa y comí pizza. Bebí coca cola. Observé mientras dormía, y vi un pedazo de una película que ya había visto y que siempre, aparentemente, le provoca el sueño a mi amiga. Consideré varias cosas, al observar cómo dormía, y después tomé un libro para leerlo. No lo leí. Despertó después de un rato.
Tengo sed. Aún me duele la garganta y un poco la cabeza. Ya no tengo ganas de escribir, no sé sobre qué escribir. Es raro, pero me siento feliz.
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