Tuesday, June 28, 2005
Sunday, June 26, 2005
Sobre ser famoso
Ahora que soy famoso me gustaría compartir un poco la sabiduría que esta nueva experiencia me ha brindado. De otra manera, ¿cómo podrán, ustedes mortales, acercarse a este claro en el bosque?
Si no tienes una imagen que te vaya a sobrevivir, no eres famoso ni podrás serlo. Debes tener una imagen en el blog de una persona a la que conozcas y a quien llamas amigo, a pesar de que ignoras la mayoría de sus hábitos. Muy importante: Si buscas tu nombre en Google y no superas las veinte hojas de información sólo significa que no estás esforzándote lo suficiente. No eres famoso aún.
Para ser famoso debes tener una imagen que te sobreviva en un página como www.majaderia.blogspot.com. No es, por otro lado, necesario que sepas cómo poner un link directo a esa página. La máquina lo hará por ti (ah, las ventajas de ser famoso...). Tampoco es necesario que en la fotografía sostengas el diploma de ese premio que te ha vuelto, en parte, famoso, de la manera correcta. De hecho, es necesarios que lo sostengas de cabeza y que muestres todos tus dientes, como a veces lo hace tu perra. Estas cosas, las harás intencionalmente.
Si eres famoso irás a San Francisco y entrevistarás a personas de suma importancia para la historia universal, o a personas como Salvador Plascencia (en todo caso, su nombre deberá aparecer en Google). Y como quien no quiere la cosa, caminarás a lado de esta persona, y de Eli Horowitz (quien obviamente es famoso pues es el editor de McSweeneys pero sobretodo porque ha aparecido en DVD's; de hecho, lo reconocerás porque ha aparecido en DVD's que has visto, y aún más importante, cuando le preguntes si a menudo lo reconocen por el DVD y te diga que no, todo deberá ser dicho con un tono bastante amigable y lleno de una fama desinflada; de nuevo, como si estas cosas, en el gran marco del universo, no importaran). Eli Horowitz quien, como tú, parece más joven de lo que es, te preguntará si Letras Libres es una revista importante en México. Te dirá que hace rato, justo antes de que te viera, recibió un correo de Julio Trujillo y entonces tú le dirás que sí, que es una buena revista, pero en el fondo pensarás que, en comparación con el universo no somo más importantes que las amebas. También recordarás el pelo de Trujillo y cómo la vez que lo conociste pensaste que lo traía demasiado largo y grasoso. Uno debe cuidar estas cosas, al ser famoso. Uno debe tener un agudo sentido de la moda, cuando se es famoso. Y uno debe caminar con desenfado, de manera casual, pero de una manera concientemente casual; es decir, de una manera falsamente casual pero con cierta verdad que reside precisamente en el esfuerzo por ser normal --a pesar de que eres increíblemente famoso.
Como personaje famoso, a pesar de que no te has graduado ni titulado, recibirás entrevista de personas que entrevistan a personajes famosos de la facultad de filosofía, de cual aún no has egresado. En las múltiples publicaciones en las que tú nombre ha aparecido se encontrará, siempre, al lado de este, el título de licenciado en filosofía.
También, como personaje famoso, tú harás entrevistas. A Plascencia, por ejemplo, como no sabrás qué preguntarle, le preguntarás cuál es la pregunta que más le ha gustado de todas las entrevistas que ha hecho. Te contestará algo que no escribirás aquí. Pero, al terminar la entrevista, hablarán sobre esa elusividad que parece caracterizar a Horowitz, y de la cual, sospechan ambos, está demasiado consciente. "I'm aware of it", dirá Horowitz al ser cuestionado al respecto, "but that does not mean I desire it".
Te la pasarás bien, ahora que eres famoso y caminas sobre Valencia y Van Ness, en the mission y en San Francisco y en el mundo, y después, cuando hayas desaparecido y el registro de un disco duro aún guarde tu nombre, y tu imagen, lo único que le dará cierta unidad a tu ser no será el Ente o el Motor Inmóvil o el Gran Arquitecto, o Diosito; no, será este gran sabiduría que te acabo de brindar. Aprovecha bastardo.
Tuesday, June 21, 2005
Post poco interesante
Me intercambiaron mi ensayo La responsabilidad del escritor, Roberto Bolaño y Sergio Pitol por los siguientes:
1. La estética de lo obsceno
2. La vida básica
3. Minificciones mexicanas
4. La vanguardia extraviada
5. Reliquias ideológicas
6. Moscas, niñas y otros muertos
7. Elegías de Duino
8. Número de Punto de Partida, revista
9. Número de "P", periódico de poesía
10. Jaime Sabines, poemas en cd.
11. Antología Poética de Gonzálo Rojas, cd.
12. Antología de Fabio Morábito, cd.
13. Poemas de Nicolás Guillén, cd.
14. Números de "Material de Lectura" (#6, cuentos de Italo Calvino; #120, cuentos de Quim Monzó; # 2, cuentos de Inés Arredondo; #4, poesía de Pessoa; #8, poesía de Ezra Pound; #91, poesía de Hugo Gutiérrez Vega; #116, cuentos de Jorge López).
Me interesan el 1, 2, 3, 6 (sólo por el título), 7 (sólo por el autor), 10 y 14.
Mañana, San Francisco. Después, el mundo.
1. La estética de lo obsceno
2. La vida básica
3. Minificciones mexicanas
4. La vanguardia extraviada
5. Reliquias ideológicas
6. Moscas, niñas y otros muertos
7. Elegías de Duino
8. Número de Punto de Partida, revista
9. Número de "P", periódico de poesía
10. Jaime Sabines, poemas en cd.
11. Antología Poética de Gonzálo Rojas, cd.
12. Antología de Fabio Morábito, cd.
13. Poemas de Nicolás Guillén, cd.
14. Números de "Material de Lectura" (#6, cuentos de Italo Calvino; #120, cuentos de Quim Monzó; # 2, cuentos de Inés Arredondo; #4, poesía de Pessoa; #8, poesía de Ezra Pound; #91, poesía de Hugo Gutiérrez Vega; #116, cuentos de Jorge López).
Me interesan el 1, 2, 3, 6 (sólo por el título), 7 (sólo por el autor), 10 y 14.
Mañana, San Francisco. Después, el mundo.
Monday, June 20, 2005
El rol
¿Por qué le molesta el entusiasmo? ¿Por qué cuando una persona que conoce muestra entusiasmo por cualquier cosa que no venga de algo que tengan en común le parece falso e impostado? Porque ese es su lugar.
Esa es la función que desempeña. La de juzgar en silencio. Puede afirmar algo así sin ser juzgado, considera. Debería poder decir esto sin tener que dar explicaciones. También podría pensar en sí mismo como poco adecuado y siempre consciente de sus acciones sin tener que darle razones a nadie. Cuando esté en el automóvil con una niña que le parezca guapa, y se sienta demasiado consciente de la manera en que su perfil se ve, no tendría por qué explicarse. No debería haber una necesidad por decir que cuando camina junto a ella y nota que las personas los observan, se siente extraño y fuera de lugar.
Cuando ella le está explicando algo que le parece grandioso y a él no nota ningún entusiasmo falso, ningún hábito extraño que ha adiquirido lejos de él o que no había notado sino hasta ese momento, cuando todo está en orden, quiere tomarla y acerca su cara y lamerla. O darle un beso o una mordida que deje marca. Cuando se asoma a su oficina y le mueve las manos como niña, cuando le platica sobre otros hombres o sus hábitos sexuales; él se comporta con cautela. Debe hacerlo. Se limita. Este es su lugar. Siempre ha sido el buen amigo. Quien la escucha en silencio. Quien le recomienda libros. Quien la apoya. Y quien espera.
Wednesday, June 15, 2005
Fragmento de una novela (que no es mía y que es buena)
De Lessons in virtual tour photography de Chris Bachelder, la mejor novela electrónica que he leído jamás. Gracias, gracias, gracias a la buena gente de McSweeneys:
Lesson 8
Warning About The Sex Act
There will be a moment during the sex act when The Estranged Girlfriend goes away or disappears. She will close her eyes tightly and purse her lips. Just as she is squeezing and kneading you, just as she is pushing you more deeply inside of her, she will simultaneously seem to disappear altogether and travel far far away from you, far away to a mysterious place where you are not invited. It will seem to you that you are suddenly and desperately alone, suddenly not important in this transaction at all. It may even seem to you that your presence there, with her, in her, is unseemly, that you are somehow trespassing or spying, witnessing something private. It will seem as though you have very little to do with the serious pleasure that she seems to be experiencing at the undisclosed location. Although this is a moment, always, of considerable weight and sadness, it is completely normal and you should proceed, as enthusiastically as possible, with the sex act.
Important Safeguard: While it is totally understandable that you would be moved to honesty and sincerity and disclosure, it is absolutely crucial that you not, in a moment of vulnerable post-coital gravity, tell The Estranged Girlfriend about your sad sense of her absence at the key moment in the union. This could result in The Estranged Girlfriend snorting, throwing her lovely legs off the side of the bed, and saying, while walking tight-legged toward the bathroom, where she will get rid of everything you just gave her, “Well. Now you know how it feels.”
Tuesday, June 14, 2005
Sobre la alegría, pero no tan cursi.
Ahora escribiré sobre la alegría que me da la anticipación de dos eventos cuya relación, el núcleo de su relación, sólo se encuentra en mí. Pero como bien apuntaba Sergio Pitol, es difícil escribir bien sobre la alegría; es mucho más sencillo escribir sobre la tristeza o el terror y la angustia. La Guerra y la Paz, de Tolstoi, según Pitol, es uno de los pocos ejemplos donde se describe la alegría con fidelidad.
Los dos eventos que anticipo con felicidad:
1. La culminación de mi tesis.
2. El viaje a San Francisco.
Y esto me pone feliz, como en su momento me alegró que aún había libros de Bolaño por esperar, o que vendría Pearl Jam o México, o que habría un nuevo libro de Houellebecq pronto (y lo habrá, en Agosto, se llama "La tentación del hijo", o algo parecido; ignoro cuándo lo traducirán al español, y me pregunto si podré aprender francés para entonces).
En San Francisco entrevistaré a Salvador Plascencia, autor de The people of paper, publicada por, oh sí, orgasmo literario, McSweeneys. Y ahora, el pánico: me han dado una hora con él, y aunque sé con seguridad las cosas que quiero saber sobre él, el peso de la certidumbre sobre cómo me comporto con gente a la que recién conozco es más fuerte.
Pero por ahora todo es alegría. De verdad. Quiero decir esto: soy feliz. Estas cosas me ponen feliz. Y lo quiero decir con fuerza, como, sí, demonios, como hombre; y no como, oh, no sé, una nena que se pone feliz con cualquier cosa y da brinquitos de alegría --mi felicidad es de fiebre, una felicidad dionisiaca. Tal vez no debería exegarar. Dionisiaca no, mi alegría, sino colorida (oh, terrible metáfora), o mejor, carnosa; sí. Es una alegría de, en fin, sangre caliente. De revolución congelada. De muchachos son encías sangrantes.
No he leído La Guerra y la Paz. No sé cómo es una descripción fiel de la felicidad. La mejor que tengo, la mejor que he visto, es la de Bob Esponja. Me siento así, como si viviera en una piña, en el fondo del mar, en el fondo de bikini.
Los dos eventos que anticipo con felicidad:
1. La culminación de mi tesis.
2. El viaje a San Francisco.
Y esto me pone feliz, como en su momento me alegró que aún había libros de Bolaño por esperar, o que vendría Pearl Jam o México, o que habría un nuevo libro de Houellebecq pronto (y lo habrá, en Agosto, se llama "La tentación del hijo", o algo parecido; ignoro cuándo lo traducirán al español, y me pregunto si podré aprender francés para entonces).
En San Francisco entrevistaré a Salvador Plascencia, autor de The people of paper, publicada por, oh sí, orgasmo literario, McSweeneys. Y ahora, el pánico: me han dado una hora con él, y aunque sé con seguridad las cosas que quiero saber sobre él, el peso de la certidumbre sobre cómo me comporto con gente a la que recién conozco es más fuerte.
Pero por ahora todo es alegría. De verdad. Quiero decir esto: soy feliz. Estas cosas me ponen feliz. Y lo quiero decir con fuerza, como, sí, demonios, como hombre; y no como, oh, no sé, una nena que se pone feliz con cualquier cosa y da brinquitos de alegría --mi felicidad es de fiebre, una felicidad dionisiaca. Tal vez no debería exegarar. Dionisiaca no, mi alegría, sino colorida (oh, terrible metáfora), o mejor, carnosa; sí. Es una alegría de, en fin, sangre caliente. De revolución congelada. De muchachos son encías sangrantes.
No he leído La Guerra y la Paz. No sé cómo es una descripción fiel de la felicidad. La mejor que tengo, la mejor que he visto, es la de Bob Esponja. Me siento así, como si viviera en una piña, en el fondo del mar, en el fondo de bikini.
Sunday, June 12, 2005
Más sobre Refu
Mi hermana me grita y me dice que algo ocurre, afuera llueve y está oscuro. Veo lo que ve por la ventana de su cuarto y que da al patio. Bajo corriendo. Antes de salir, me detengo y regreso a mi cuarto por un par de guantes e inmediatamente me arrepiento, cuando ya los tengo en las manos y mientras bajo, por segunda ocasión, las escaleras. Estoy perdiendo el tiempo. Escucho un chillido.
Tomo un palo que normalmente utiliza mi madre para romper piñatas y salgo al patio. Ya no está ahí. Me muevo con cautela y enciendo una luz, Refu olisquea para ver si da con algún rastro de la rata.
No quiero hacer movimientos bruscos, cuando la veo parada sobre dos patas en el garage. Es enorme, está mojada y ensangrentada. Me muestra los dientes. Avanzo para darle un palazo pero Refu se adelanta. Grito cuando la muerde en el hocico. Quiero alcanzarla, con el palo, pero Refu está sobre ella. La rata brinca y muerde de nuevo, en las patas y la nariz de mi perra. Todo es demasiado rápido y cuando mi padre baja y le da un cucharazo --es una cuchara para mole, de las grandes, de las de madera-- me siento lento y torpe y pienso y deseo que la rata esté muerta, pues el golpe la ha mandado a mis pies; todo esto sucede simultáneamente.
La sangre brota de su boca, y lo agradezco. Mañana llevaré a Refu con el veterinario. Está vacunada contra la rabia, pero ahora tiene una mordida en la nariz. Después de meter el cuerpo en una bolsa de plástico y de tapar las coladeras, subo a mi cuarto. Mi padre me hace algunas preguntas y me dice: "Bueno, ahora tendrás una historia que contar".
Saturday, June 11, 2005
Menos Bolaño
Ahora que Bolaño está irremediablemente cremado, ¿significa que la gente que escribe se puede despreocupar y comenzar a escribir con las patas?
Musil, me contó un amigo, era muy inteligente. Fue matemático y otras cosas que son las personas que son inteligentes. Y el día de su muerte, en la regadera, antes de colapsarse, dijo en voz en alta: "No, Dios mío, no". Y plaf.
¿Por qué me aburre platicar sobre literatura con mis amigos si es lo que más me gusta? Sólo me divierten las anécdotas.
Hay un mosquito aquí, en este momento. Lo mataré.
Thursday, June 09, 2005
Malas noticias
Hoy salí por el periódico y descubrí que ya no existía o que existía pero que había sido transformado en un montoncito de confeti. Confío en el buen juicio de mi perra, así que seguramente hoy, nueve de junio de 2005, el periódico estaba lleno de malas noticias --y como mi perra me aprecia tanto (le doy de comer, no le pego), decidió que era mala idea que yo tuviera una mala mañana, amargada por las terribles noticias que acontecen en nuestra zoociedad.
Wednesday, June 08, 2005
Sobre tener fans
Me gustaría tener fans. En lugar de eso, tengo amigos críticos --y según acabo de constatar, durante una brevísima pausa, cerilla en el oído.
Esto es así:
Estoy en la biblioteca de la Universidad Panamericana, donde el aire no es pesado, cálido ni pegajoso, sino artificial, fresco y lleno de gérmenes. Ahora, en este momento, he decidido que siempre es mejor estar un poco friolento y enfermizo que sudoroso y apestoso --además, también he decidido, preocuparse por la cantidad de gérmenes y esporas que se encuentran circulando en el aire acondicionado de la biblioteca, es un poco de maricas.
Y yo no soy marica, oh no. Yo soy un joven nuevo y duro, el tipo de jóvenes que no bailan en las bodas y que leen a escondidas y escriben poesía a mano y en cuaderno que no le enseñarán a nadie jamás. No. A nadie. Ni a ti. El tipo de personas que le aseguran a su jefe que trabajarán en ese maldito texto sobre la metáfora aristotélica pero en lugar de eso --porque es dueño de su destino y porque hace con su vida lo que se le hincha-- se dedica a escribir sobre los fans que le gustaría tener.
Así que le mando la novela que estoy escribiendo a distintos amigos. Uno de ellos me hace comentarios puntuales y útiles, otro no lo ha leído, otra amiga no me ha dicho nada al respecto y hoy, otra de ellas, finalmente, me dice: "Ya voy en la página seis".
"¿En la página seis? ¿De qué?", pregunto, como si no supiera.
"De tu novela", me dice.
"Ah, sí, eso", digo, tan alieando y extranjero como puedo.
"..."
"¿Y qué tal? ¿Te está encantando? ¿Verdad que es buenísima?", pregunto. Con ese tonito. Ese tonito que dice que digo estas cosas en broma.
"¡Sí, buenísima! ¡Soy fan!".
Ah, fans.
And I sit and I watch and I wait
Abandoné, me temo, a Bukowski demasiado rápido. Leí algunas de sus novelas, algunas de sus poesías y después vi Barfly y comencé a leer Hollywood pensando que al terminarlo leería El capitán salió y los marineros tomaron el barco, pero me rendí.
La pelea de las mujeres en Barfly, ¿la han visto? ¿O The Big Lebowski? Según un amigo, está basado en Chinaski, el personaje. Yo disfrutaba a Bukowski. Enormemente, sobretodo al principio de la carrera. Y ahora no tanto. Abro sus libros y siento que ya los he leído. Me cuesta trabajo ahora y me he rendido.
Me duele la cabeza. Su poesía, debería leer un poco más de su poesía. Creo que el primer libro que leí de él fue Factotum y después el libro de cuentos Hijo de satanás.
Tengo calor. Estoy sentado en mi jugo. Sospecho que apesto. Anoche, durante la presentación de un libro sobre camiones y carreteras, entre gente muy acicalada y perfumada, comencé a sospechar lo mismo. Me olí con discreción y no supe a bien si era yo o mi amiga. Me incliné para olerla y al darse cuenta, me dijo: "Sí, sí, soy yo". Entonces, quise abrazarla.
En realidad, a menudo.
Ahora, una lista sobre las novedades que le han ocurrido a mi perra:
1. Por el calor, está perdiendo el pelo.
2. Ahora intenta morder a mi madre.
3. Ya no corre tanto como antes. Por el calor.
Tuesday, June 07, 2005
Calor
Envejezco. Crezco. Las células se separan, el pelo se cae, brinco y vibro con música rock en un lugar oscuro donde hay cuerpos envueltos en carne, piel y tela; sudo porque ha hecho un jodido calor desde hace días, y por las noches no puedo dormir. Despierto con ronchas en los pies y con dificultad, pues me cuesta trabajo cerrar los ojos e ignorar el sonido de los mosquitos, simultáneamente. Ya no la paso bien a menudo, cuando salgo por la noche. Tal vez se debió a que era lunes o que la gente no estaba tan animada; tal vez porque Margo Glantz me puso ligeramente de mal humor cuando no contestó mi pregunta.
Mi pregunta fue: "¿Cuál es la importancia de separar o distinguir el fenómeno de la violencia contra las mujeres de la violencia en general?". Yo quería decir que la violencia contra las mujeres no era más, pero tampoco menos, que la que violencia que se vive a diario y en todas partes y entre todos. Sólo repitió que había una larga historia de violencia contra las mujeres y que se había asimilado a tal grado que las personas no hablan al respecto. También habló de la trivialización y de 2666 y de Huesos en el desierto y de Calasso.
Cuando me levanté para salirme de su clase, sin demasiado dramatismo, lo hice con una gran preocupación: por favor, por favor, por favor que no piense que estoy saliendo porque estoy en desacuerdo con ella, por favor, que entienda que tengo otro compromiso, que se entere, por mi pausada manera de caminar y por mi poca prisa por salir, que en realidad me dirijo a casa de un amigo, donde lo veré a él y a su hermana y a una amiga de su hermana, unas niñas, en realidad, y que más tarde, se entere, de que brincaré en la oscuridad y me arrimaré a otros cuerpos y beberé cerveza y comeré una hamburguesa y me preocuparé por mi creciente barriga; y que se entere, ojalá, de que en esa oscuridad advertiré que aunque vivo mi juventud con intesidad moderada, temo que se acabará pronto y que comienzo a comprender el temor animal que le tiene mi padre a la muerte; y que también, en medio de esa gente y sangre caliente, extrañaré a personas que ya no están aquí (ya sea por la geografía, o porque la carne, en efecto, es débil).
Sobre Heidegger y la pregunta, de Derridá
Heidegger y la pregunta, de Derridá, es un mal libro y nadie debería leerlo.
Monday, June 06, 2005
En pro de las presencias reales
Cuando le comenté a un amigo que utilizaría Espolones de Derridá para mi tesis, me contestó: "¿Espolones? ¿Qué es eso? ¿No es lo que tienen los gallos en las patas?". Se estaba burlando. Mi amigo domina la hermenéutica y la fenomenología. Y, con razón, le caga Derridá. Yo usaré Espolones en mi tesis porque no he tenido nadie con quién pelearme y según me han enseñado filosofía en la Panamericana, siempre es bueno tener alguien con quién pelearse. Muy escolástico el asunto. Muy todo mundo podría tener la verdad. Muy démosle voz a quienes no la tienen, para que podamos pelearnos a gusto.
Según Derridá, según el Derridá de Espolones, todo Nietzsche gira alrededor de sus relaciones con las mujeres. La mujer como verdad que se maquilla y la verdad como una mujer que seduce al filósofo teto, adolescente y de granitos en la cara que le llama ocho veces a la misma vieja y le deja mensajes en su página web y que se deja utilizar a cambio de un acercamiento moderado, de un espacio, entre dos personas, reducido.
Nietzsche como puberto. La filosofía de Nietzsche como el manifiesto de una especie de Club de Toby; la filosofía del martillo, de Nietzsche, como la gran verga que permanece erecta y que embiste y abre camino, como un submarino que se abre paso a través de un océano helado. "¿Espolones? ¿Qué es eso? ¿No es lo que traen los vaqueros en las botas?". Nietzsche como el vaquero que monta y espolea.
Ay, Derridá. Ay, Deleuze. Ay, la humanidad.
No se necesita una antipatía física para que las personas, hombres y mujeres, puedan tener relaciones amistosas. No hay un destiempo sentimental marcado entre hombres y mujeres, al menos no más de lo que hay entre todas las personas.
Lo que necesitamos es rock. Y literatura. Y Eggers. Y viajes a Alemania y a San Francisco y a Chicago y a la India. Y pizza. Y Dr. Peppers. Y literatura.
Sunday, June 05, 2005
The importance of writing
A few days ago I said it was convenient to read Saul Bellow. Later, I found out he had recently died.
Saul Bellow was an author read by Eggers.
Someone, perhaps my good friend Julián, who knows, gave me a few copies of articles that appeared in The Guardian, the English reviewer on the internet. All of them dealed either with McSweeneys or Dave Eggers. Thank you for this. I read them yesterday and found a renewed force of writing. Because of these cheaply printed pages, I remember that one does not yell, one bellows.
Stop complaining. Move on.
Thursday, June 02, 2005
Lista
Los libros que se llevó y que espero le sirvan:
Porque nunca hay suficiente Bolaño
1. 2666
2. Los perros románticos
Porque me lo pidió
3. I., de Stephen Dixon
Porque se lo sugerí y es un libro perfecto para los viajes
4. You shall know our velocity, Dave Eggers
Porque ya no sabía que darle
5. Cuentos completos tomo uno y dos, Cortázar
6. Catedral, Carver
(Pásala bien).
Wednesday, June 01, 2005
Fin de semana del Rock.
Rockearemos. Rockearemos juntos. Rockearemos el jueves por la noche, con Nine Inch Nails. Tendremos la intención de hacerlo. Rockearemos en nuestra intensión intensamente; rockearemos el viernes con porter en el Bull. No escucharemos Bright Eyes, no. Bright Eyes está muy bien cuando quieres tocar fondo, cuando llueve y tienes agua en los calcetines o cuando recién atropellaron a tu perra o cuando tus amigos se van del país o cuando alguien tuvo la excelente idea de quemar tus libros, golpearte en la cabeza y escupirte en un ojo; pero no ahora. Ahora escucharemos a Café Tacuba, el sábado, y seremos un solo ente que brinca y se mueve, porque está vivo y es duro, duro y puro como el cuarzo, como mi alma, como la velocidad del tranco de un perro rabioso. Rockearemos hasta el lunes por la noche, rockearemos en la regadera y salpicaremos con sudor parabrisas y romperemos quijadas y brincaremos maldita sí, sí, sí. Y habrá amor. Y habrá carne. Y habra Rock and Roll. Habrá Bolaño, carajo. Habrá Eggers. Habrá Beckett. Habrá alegría en formas concretas, formas redondas y torneadas, enfundadas en suave mezclilla y duros cartílagos; habrá alegría en forma de cerveza y tequila, de pizza caliente quemándote las encías.
Y ay, se acabará. Y escucharemos Bright Eyes.
Busted
So, we decided to drink soft drinks, eat pizza, smoke and work on the first issue of El Inquilino. And there we are, laughing and making ourselves believe that something real and good was being made with our hands, minds and talents. I felt alive. Almost, but not in the same way, not by a longshot, as I did later on that night. I will not discuss that here. Instead, I'll say this:
Walking Hernán to the door, he asked me: How come you never mention my blog? I have a link to your .blogspot from mine, you should post one too.
I remained silent with the intention to transmit this truth: "I do not wish to refer to other blogs. Otherwise, we'd be like the Ourobarous, the Mouebius circle, or something; we'd be like cannibals, zombies that eat their own. I refuse to be a comment on a comment, a common parasite; I refuse to talk about the blogs of my friends; I will not fall on the trap set by Derrida; I will not be a part of the network of references in the world; I'll contribute only to myself, I will not become an estadistic, I will not--"
Instead, Hernán saw right thru me: "You don't know how to do it, do you?"
"What?", I said.
"To link a page to yours"
"No, I do not", I said and opened the door for him.
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