Lo más difícil de escribir, opino, es creer que uno es un buen escritor. No hay manera de avanzar sin esta pequeña mentira. Zagal, mi jefe y mentor en más sentidos de los que estamos orgullosos en reconocer, recuerda que durante un vuelo una persona que se dedicaba a vender terrenos y que estaba sentada a su derecha se asomó a ver lo que escribía y le preguntó: ¿Es usted escritor? Esta pregunta traía ese tonito, esa especie de admiración disfrazada de incredulidad. A Zagal le dio un poco de vergüenza decir que sí, pues después de unos momentos, en su cabeza, reconoció que escribía y que, lógicamente, había publicado alguno que otro libro. Tengo la extraña fortuna de no verme en la posición, a menudo, en la que debo contestar a lo que me dedico. Usualmente, digo que estudié filosofía. Esto desconcierta suficientemente a las personas como para que no insistan. Sin embargo, no todo mundo es tan impresionable, así que cuando insisten me veo obligado a decir que me gusta escribir y que a eso me quiero dedicar. También hablo sobre mis labores como asistente de un catedrático y procuro terminar hablando sobre lo que hace mi jefe, Zagal, para ganarse la vida. Y así, poco a poco desaparezco y no tengo que poner la labor de escritor en un pedestal. Ultimamente he estado pensando en Walser y los anónimos medievales y en Kafka y en extraña manera en que, sin poder controlarlo, frunzo el ceño mientras escribo.
Friday, December 02, 2005
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4 comments:
yo tengo problemas similares con la profesión... ya te imaginarás..
Yo saco la lengua. Sin querer. No me doy cuenta hasta que me lo dicen, y me apeno.
yo creo que en las alturas literarias paradójicamente no encontramos escritores, yo identifico más con la profesión de escritor al que le dan un fajo de notas incoherentes de una celebridad y a partir de ahí tiene que elaborar la "autobiografía" (aunque a eso en el ramo editorial se le llama "redactor", pero créanme, yo lo hice -no con una celebridad sino con una mujer que escribió sus memorias para sus bisnietos- y es más que redactar), o en general a cualquiera que vive de escribir y que generalmente tiene que poner todo su empeño en cosas que no le gustan
creo que de este modo podemos definir la profesión de escritor,
filósofo, novelista, dramaturgo, cuentista, poeta, articulista, ensayista, crítico, "pensador" podrán ser profesiones completamente indisociables de la escritura, pero incluyen más en su definición
los escritores simpliciter son los que novelizan películas, y viendo las cosas desde este modo pienso que basta con explicarlo así y ya no será necesario continuar con la "desmitificación", y que por otra parte no me molestaría dedicarme a eso
a mí me pasa que como no quiero dedicarme a escribir, me incomoda un poco todo eso por lo que uno debe pasar para "llegar a ser escritor sin morir en el intento", así que me he tenido que inventar alguien que lo haga, ella es ana, ana cadiz. así cuando me preguntan, yo soy editora, ana escribe y si el texto es malo, que le reclamen a ella.
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