Sunday, September 30, 2007

Convergencia, tumbona



Veamos. La primera imagen es una visita que le hizo Fischer, el ajedrecista, a Tal, el ajedrecista, cuando éste estaba en el hospital. En Curacao, allá por 1962. Yo no sé jugar ajedrez. La madre de una chica con la que salía me dio una paliza dos veces seguidas. Luego esta chica me prestó ¡Aprende a jugar con Bobby Fischer!, que fue cuando me enteré de su existencia (y no, aún no aprendo a jugar ajedrez). Di con la imagen por casualidad --de hecho estaba buscando una imagen que, creo, tendré que "escanear", para otra convergencia. Sólo la puse porque quería compartirles cómo la imagen, inmediatamente, me remitió a una convergencia que le vi hace tiempo a Weschler, en la que compara una foto de Tina Barney de la serie Marina and Peter (de 1987) con Le déjeuner sur l'herbe, de Manet, de 1863.
Historia curiosa: en un vistazo rápido a las fotografías digitales que mi padre tomó de un crucero del cual recién escapó, pude ver varias en las que estaba o él o su amigo Guillermo o mi madre Guillermina o la mujer de Guillermo, María Elena, tumbados sobre una tumbona, apaciblemente leyendo. Obviamente, la pose es similar a la de Tal jugando --me imagino si Mann imaginaba así a su Hans Castorp, tirado sobre una tumbona, recuperándose de sus malestares, quizá discutiendo con Settembrini...
Cosa interesante, ésta.

5 comments:

charp said...

Junto con Capablanca, Bobby Fisher es una de las glorias del ajedrez de este continente...son los dos únicos americanos que han logrado ser campeones del mundo.


Malditos rusos...jaja

Enrique G de la G said...

Esa foto de enmedio es muy famosa...

¿Recuerdas todavía esta entrada vieja http://enriquegdelag.blogspot.com/search?q=sorrenti?

Saludos.

PS. ¡Facebook!

Guillermo Núñez said...

¡Blog, demonios, blog!

Unknown said...

Hablando de ajedrecistas, el famoso Kasparov, el gran campeón, esta contendiendo estos días para ser presidente de Rusia ¿curioso no?

dm said...

Con un presidente como Putin, Kasparov tendrá que ceder más que su dama para ocupar el puesto. Mejor no presentarse a la partida.