-Dios, ¿por qué me siguen pasando estas cosas?
-...-Está bien, no es que me pasen a menudo, pero cuando suceden es como si constituyeran una especie de hoyo negro o centro gravitacional alrededor del cual gira mi vida. ¿Cambiará esto?
-...-Dios, Dios, Dios, necesito ayuda carajo. Estoy harto.
-...
-Está bien, saldré adelante. Por mí mismo. Lo conseguiré. No necesito tu ayuda. O tal vez tu ayuda sea precisamente esta, ¿no? Tal vez, a través de tus caminos misteriosos, esté aprendiendo a valerme por mí mismo. Es eso, ¿no?
-...-Pregunta tonta, lo sé.
-...
-Leeré, eso es lo que haré. Y escribiré. Sí. Y será una buena y mejor persona. Eso te agradaría, ¿no?
-...
-Ha sido un camino largo. Espero que llegue a algún lado.
-...
-Carajo, Dios.
-¿Qué?
-Oh. No. Nada.
-¿Seguro?
-Sí, seguro. Estaba tonteando nomás.
-Conste. Luego nos vemos. Bye-bye.
8 comments:
ya vi tu comment en mi blog. eres un guarro
Dios no suele arreglar lo que uno puede arreglar; "ergo", lo que le sigue, es superstición.
ahhhhhh
nadie aprecia la calidad literaria y humorística del post
Dios no suele arreglar nada.
Para eso nos dio una cabeza.
lo demas es superstición
Me encantó este post, en verdad.
podría pensarse que dios es un dios frío y sin embargo la distracción es solo producto de la alienación-tipo-sampi o algo así, en todo caso siempre de regreso a casa hay un abrazo
Post a Comment