-Dios, ¿por qué me siguen pasando estas cosas?
-...-Está bien, no es que me pasen a menudo, pero cuando suceden es como si constituyeran una especie de hoyo negro o centro gravitacional alrededor del cual gira mi vida. ¿Cambiará esto?
-...-Dios, Dios, Dios, necesito ayuda carajo. Estoy harto.
-...
-Está bien, saldré adelante. Por mí mismo. Lo conseguiré. No necesito tu ayuda. O tal vez tu ayuda sea precisamente esta, ¿no? Tal vez, a través de tus caminos misteriosos, esté aprendiendo a valerme por mí mismo. Es eso, ¿no?
-...-Pregunta tonta, lo sé.
-...
-Leeré, eso es lo que haré. Y escribiré. Sí. Y será una buena y mejor persona. Eso te agradaría, ¿no?
-...
-Ha sido un camino largo. Espero que llegue a algún lado.
-...
-Carajo, Dios.
-¿Qué?
-Oh. No. Nada.
-¿Seguro?
-Sí, seguro. Estaba tonteando nomás.
-Conste. Luego nos vemos. Bye-bye.
7 comments:
ya vi tu comment en mi blog. eres un guarro
Dios no suele arreglar lo que uno puede arreglar; "ergo", lo que le sigue, es superstición.
ahhhhhh
nadie aprecia la calidad literaria y humorística del post
Dios no suele arreglar nada.
Para eso nos dio una cabeza.
lo demas es superstición
podría pensarse que dios es un dios frío y sin embargo la distracción es solo producto de la alienación-tipo-sampi o algo así, en todo caso siempre de regreso a casa hay un abrazo
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