La humanidad abrió el refrigerador para descubrir que ya no tenía leche. Lo sensato hubiera sido salir en ese momento al supermercado y comprar un litro, pero en su lugar, decidió regresar a la mesa y tomarse su café tal y como estaba: caliente, negro, sin leche ni azúcar. Era una bonita mañana.
Más tarde, en el trabajo, la humanidad aprovechó uno de sus descansos para pensar en la manera en que algunos de sus escritores favoritos utilizaban metáforas sin referentes inmediatos a la realidad --la humanidad era una tímida gran lectora. Después de pensar en esto se distrajo con la idea de cómo algunas metáforas nombraban por primera vez, de una manera que era imposible simplificar o explicar claramente con un lenguaje coloquial.
A la humanidad le agradaba pensar en estas cosas, así como gastarse pequeñas bromas mentales. En ocasiones, sólo por el gusto de hacerlo, se imaginaba cómo sería su muerte o cómo reaccionarían sus seres queridos si esto sucediera. A veces pensaba en un estilo de vida alterno, en las decisiones que tomó a lo largo de su vida y lo que pudo haber pasado si se hubiera decidido por otra opción.
Generalmente, después de este tipo de reflexiones la humanidad se decía “Basta de filosofar” y volvía al trabajo. Pero no se lo decía con un tono despectivo, pues le gustaba invertir al menos algo de su tiempo en esto. Entonces, satisfecha, trabajaba varias horas sin parar.
Cuando regresaba agotada a casa, lo primero que hacía era prender la televisión. Aquél día vio un programa de concursos y noticias que tocaron varios aspectos de su vida. Después, apagó la televisión y bajó a la cocina para prepararse la cena y calentarse un vaso de leche. Tuvo que conformarse con un té.
Más tarde, en el trabajo, la humanidad aprovechó uno de sus descansos para pensar en la manera en que algunos de sus escritores favoritos utilizaban metáforas sin referentes inmediatos a la realidad --la humanidad era una tímida gran lectora. Después de pensar en esto se distrajo con la idea de cómo algunas metáforas nombraban por primera vez, de una manera que era imposible simplificar o explicar claramente con un lenguaje coloquial.
A la humanidad le agradaba pensar en estas cosas, así como gastarse pequeñas bromas mentales. En ocasiones, sólo por el gusto de hacerlo, se imaginaba cómo sería su muerte o cómo reaccionarían sus seres queridos si esto sucediera. A veces pensaba en un estilo de vida alterno, en las decisiones que tomó a lo largo de su vida y lo que pudo haber pasado si se hubiera decidido por otra opción.
Generalmente, después de este tipo de reflexiones la humanidad se decía “Basta de filosofar” y volvía al trabajo. Pero no se lo decía con un tono despectivo, pues le gustaba invertir al menos algo de su tiempo en esto. Entonces, satisfecha, trabajaba varias horas sin parar.
Cuando regresaba agotada a casa, lo primero que hacía era prender la televisión. Aquél día vio un programa de concursos y noticias que tocaron varios aspectos de su vida. Después, apagó la televisión y bajó a la cocina para prepararse la cena y calentarse un vaso de leche. Tuvo que conformarse con un té.
2 comments:
ME DIVIERTE LO QUE ESCRIBES. MAS, PORQUE NO ES EL DIARIO ESTUPIDO DE ALGUIEN CONTANDO COSAS IRRELEVANTES. ME ENCANTO "NUEVA PALABRA", SABES, YO TAMBIEN USO A VECES POR PURA FAROLEZ (JA), "PEYORATIVO" Y "TROUBLESHOOTING". BLOG NO ES IGUAL A HUEVA.
ocio ocio ocio ocio...
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